Descubriendo la ciudad de Valencia (...y otros lugares) Impresiones paseando por...

martes, 6 de noviembre de 2007

¡El poder de los BLOGS!



Este fin de semana pasado he tenido la suerte de asistir a las 2s Jornadas sobre la Blogosfera EFINDEX 07 ,en Cáceres, acompañando a Javier, y la experiencia me ha resultado muy positiva.

El objetivo de las Jornadas era crear "un encuentro participativo y plural para el debate y la reflexión, acerca de cómo las Tecnologías, y más específicamente los blogs, abren nuevos horizontes para ejercer una ciudadanía más crítica y participativa", y para ello el programa ofrecía diversas conferencias, mesas redondas y talleres, que se sucedían sin apenas dejar tiempo para el descanso.

Allí vi y conocí blogeros de toda España, y también del extranjero, de América del Sur y de EE.UU, y en ellos, diferentes en profesiones, gustos, ideologías... descubrí el lazo que les une, su inquietud por las nuevas tecnologías y el mundo de la blogosfera.

Traslado de todo el ciclo de ponencias, de manera esquemática, algunas notas:

Se habló de la repercusión de las nuevas tecnologías, y en especial de los blogs, en la educación, en la Modernización de la Administración Pública, en la Empresa Privada, en el Periodismo, en la política...

Palabras clave: era digital, cambio tecnológico, periodismo ciudadano, aula 2.0, participación ciudadana, colaboración, compartir ideas, redes sociales, participar, alumnos digitales, seguridad en la red, los derechos de autor, respeto, las fuentes de información, administración electrónica...

Se hicieron análisis comparativos entre los medios o sistemas tradicionales de enseñanza, de periodismo, de crear y dirigir empresas, de organizar la Administración, de crear grupos de presión ideológicos contra el poder, de márketing y publicidad...y los nuevos diseños que aporta la utilización de la web 2.0 en todos los ámbitos de la vida. Bestial!

Había blogeros de todo tipo y condición: políticos que tienen un blog como medio de acercarse al ciudadano y conocer más de cerca los problemas reales de la sociedad; representantes de los medios de comunicación tradicionales ,que ven en los blogs una alternativa y complemento a su estilo de trabajo convencional; gente que vive de su blog; gente que tiene blogs educativos; gestores de empresa que utilizan el blog como un recurso para crear espacios de comunicación y de colaboración para conseguir motivación y efectividad; gente que ha encontrado trabajo gracias a su blog; profesores que lo utilizan como herramienta de trabajo en las aulas con sus alumnos; periodistas que ven en los blogs un medio más rápido y efectivo de dar a conocer la información; gente que tiene un blog para su trabajo y otro personal...

Y todos coincidían en lo siguiente: el blog les ha enriquecido personalmente, los ha acercado a los demás, les hace compartir, colaborar, participar; les aporta energías positivas, motivación, ilusión, ganas de comunicarse...una fuerza nueva.

AHÍ ESTÁ EL PODER DEL BLOG, ES EL FUTURO!!!!!!!


¡Ah!, también se habló de "sinergia macramental" (ja, ja, ja) ,y me di una vuelta por el Recinto Monumental de Cáceres, Patrimonio de la Humanidad.


Imágenes:
*Detalle escudo en fachada del Palacio de Mayoralgo, s XVI
**El Aljibe de la Casa de las Veletas, de época musulmana
***Detalle puerta del Palacio Episcopal de 1587

domingo, 28 de octubre de 2007

Los puentes sobre el río Turia. Los puentes modernos I



A partir de 1912, con la aprobación del Proyecto de Ensanche de la ciudad, se llevó a cabo la progresiva urbanización de la margen izquierda del Turia, lo cual fue acompañado de la construcción de más puentes que facilitarían tanto el tráfico rodado como el acceso peatonal entre las dos riberas del río.

Desde 1607, con la construcción del puente de San José, no se había construido ningún otro salvo dos pasarelas peatonales, el llamado puente de madera de 1892, actualmente Passarela Pont de Fusta , y la pasarela de la Exposición de 1909 convertida en 1995 en el puente del mismo nombre.

Desde el parque de Cabecera, si seguimos aguas abajo, el primer puente que encontramos es el Puente del Nou d’Octubre, de 1989, del arquitecto valenciano Santiago Calatrava. Consta de dos calzadas separadas, apoyadas sobre soportes de hormigón y acero, y flanqueadas por pasarelas peatonales. En las cuatro esquinas descubrimos sendas rampas para bajar al río y sendos soportes de hormigón que sustentan cada uno una escultura metálica de forma abstracta, todas iguales.

Dejando atrás una pasarela peatonal, nos salen al encuentro el Puente de Campanar o de Tránsitos de 1958 y después el Puente de Ademuz o de las Glorias Valencianas, ambos con doble calzada y barandillas de hierro, sin ningún ornato especial.

Tras una pasarela peatonal, viene a continuación el Puente De les Arts, 1998, formado por dos calzadas separadas, apoyadas sobre pilares comunes ubicados en el espacio central, de los que parten vigas, a modo de ménsulas, que llegan hasta los extremos de aquellas.

Sobre cada pilar vertical descansa una farola blanca, del mismo color que las barandillas de las aceras.

La Pasarela de la Exposición de 1909, llamada así por tomar parte en la Exposición Regional del mismo año y en la Nacional de 1910, fue sustituida en 1967 por un puente, ya no sólo peatonal, apoyado sobre siete arcos escarzanos y con barandilla metálica.

En 1995 dicho puente fue sustituido por otro, diseñado por Santiago Calatrava, llamado Puente de la Exposición, y popularmente De la Peineta.

El puente, constituido por un arco metálico de una inclinación de 70º, apoyado sobre la calzada que, a su vez, descansa sólo en los dos flancos del cauce, consigue un aire de absoluta ligereza, una liviandad que contrasta con la robustez de los otros puentes, especialmente si pensamos en los antiguos.

La calzada, de una sola dirección hacia afuera desde el centro histórico, está bordeada por aceras con barandillas metálicas apoyadas sobre ménsulas.

La modernidad de este puente descansa no sólo en su estética, sino también en el diseño de su construcción, pues todos recordamos como algo extraordinario cómo el puente fue desplazado desde el lugar en el que había sido construido hasta su ubicación definitiva, mediando unos 50 metros de separación, para simultanear las obras de la estación de metro de la Alameda.


Bibliografía:

-Catálogo Monumental de la ciudad de Valencia, Caja de Ahorros de Valencia, 1983
-Guía de Arquitectura de Valencia, CTAV, 2007


Imágenes:

*Escultura abstracta en el Puente del Nou d'Octubre
**Detalle de pilares en el Puente del Nou d'Octubre
***Detalle de una de las dos calzadas y pilares comunes en el Puente De les Arts
****Puente De la Exposición

jueves, 18 de octubre de 2007

Los puentes del río Turia. El Puente de San José.

Es conocido también con el nombre de “Pont Nou”, por ser el último construido de los antiguos ; o “De la Zaidía”,por el palacio de la reina mora Zaida o, más bien, por la cercanía del Monasterio de Gratia Dei, o de la Zaidia, existente desde muy antiguo en el lugar y derribado en el s. XIX.

Su construcción entre 1604 y 1607, totalmente de piedra, vino a sustituir a otros antiguos de madera que, ubicados frente al antiguo Portal Nou, hoy Plaza del Portal Nou, se sucedieron en el tiempo a causa de los continuos desastres provocados por las avenidas del río.

Resultó ser el puente más aguas arriba del Turia a su paso por la ciudad, con trece arcos escarzanos sobre pilares con tajamares triangulares, y decorado con dos pedestales sobre el tercer tajamar.

En 1694 se colocaron sobre los pedestales sendas imágenes encargadas al escultor genovés J.Ponzanelli: la de Santo Tomás de Villanueva, a la derecha del que sale del puente y entra en la ciudad, y la de San Luís Bertrán, a la izquierda, según corresponde por jerarquía prelaticia.

Con motivo de las obras de ampliación del puente llevadas a cabo en 1906, ambas imágenes fueron desmontadas y trasladadas a diversas dependencias municipales relacionadas con el Museo de Bellas Artes.

En 1945 se acordó, una vez concluyeran los trabajos de restauración de los desperfectos que se habían detectado, trasladarlas al Puente de la Trinidad, sobre los pedestales vacíos, por desaparición de las imágenes con sendos casilicios, de los Santos Mártires Bernardo, María y Gracia. Ahí es donde las podemos ver hoy, muy cerca del Museo de Bellas Artes.

Finalmente, a petición del gremio de falleros, en 1951,se colocó en el pretil izquierdo , si se mira desde el centro histórico, una escultura de San José, patrón de la ciudad, acompañado de un niño sentado sobre un banco de carpintero, siguiendo la tradición de adornar los puentes con estatuas como se había hecho desde antiguo.



Imágenes:

Puente de San José visto desde la Plaza del Portal Nou.

Valencia y su provincia



Ayer por la tarde tuve la suerte y el placer de asistir a la presentación de un libro que promete mucho: Valencia y su provincia. Mucho más que luz y mar, escrito por Isabel Barceló y su hijo Alejandro Lillo.

Más que una guía, es un libro que pretende dar a conocer a visitantes y a residentes nuestro patrimonio histórico y cultural, así como nuestro paisaje, tradiciones y costumbres, a través de una cálida prosa que invita al lector no sólo a mirar, sino sobre todo a "sentir", como dijo la propia Isabel , aquello que estamos contemplando.

Me limito a reproducir las palabras del interior de la portada:

"Cuatro rutas por la capital y seis escapadas por sus alrededores para que conozcas esta alegre y abierta ciudad mediterránea y su entorno. Además, seis rutas por la provincia cuidadosamente elegidas para que vivas su diversiad de culturas y paisajes.
Rincones inolvidables, la exquisita gastronomía de cada comarca, su patrimonio monumental y artístico, su artesanía ,sus fiestas...Con 275 fotografías, planos o mapas para cada recorrido, y cuadros destacados con información práctica (restaurantes, alojamientos, horarios...)."


Desde aquí, les deseo el éxito que se merece tan exquisito trabajo, y les les doy las gracias por compartir con los demás el placer de descubrir nuestra ciudad y sus alrededores.

Enhorabuena!

domingo, 14 de octubre de 2007

Los puentes sobre el río Turia. El Puente del Real.


Recibe su nombre por su destino de conectar tres edificios reales: en la margen norte ,el Palacio Real , edificio construido por orden del rey Jaume I a partir de una residencia de recreo del siglo XI para el rey moro Abd al-Aziz; fue residencia real en diversas ocasiones , y en 1810 fue totalmente derribado ; en la margen sur, el Real Convento de Santo Domingo ,hoy Cuartel de la Fuerza de Maniobra, y el Real Monasterio sacro-militar del Temple , ( de ahí que también fuera llamado Puente del Temple) , solar hoy ocupado por la sede de la Delegación del Gobierno, edificio de 1770.

Documentos del siglo XIII aluden al puente del Temple o “inferior” , de madera, con relación a una donación para reconstruirlo.

Posteriormente, fue arrasado por las sucesivas avenidas del río y vuelto a levantar en diversas ocasiones. En 1528, con motivo de la visita a la ciudad del Emperador Carlos I, fue tal la multitud sobre el puente, que se hundió por una de sus partes, cayendo al agua mucha gente.

La construcción del puente actual se llevó a cabo después de la riada de 1589, entre 1594 y 1598, con diez bóvedas escarzanas no apuntadas, con gárgolas de desagüe sobre el centro de los arcos, tajamares triangulares con sombreretes, escalera central que subía del río, rampas hacia el cauce por la Alameda y el Paseo de la ciudadela, y elementos decorativos (pomos convexos a gajos y otros piramidales de perfiles curvos que delimitan bancos) en los pretiles o barandas.

Para embellecer el puente, se encargaron las estatuas de los dos Santos Patronos de la ciudad: la de San Vicente Ferrer[1], colocada en 1599 y la de San Vicente Mártir[2], de cuatro años después, tal como dicen las lápidas superiores en sendos pedestales, apoyados sobre los segundos tajamares si se mira desde el centro de la ciudad.

En 1682 y 1683, respectivamente, se cubrieron ambas imágenes con sendos casilicos, como consta en las lápidas inferiores de los pedestales, para que estuvieran más protegidas.

Después de las reparaciones de 1773, especialmente en la imagen de S. Vicente Ferrer, afectada por un rayo, ya no se intervino en los conjuntos escultóricos hasta después de la Guerra Civil.

Efectivamente, en 1936 las dos imágenes fueron destruidas, al igual que las del Puente del Mar, y el Ayuntamiento de la ciudad acordó en 1939 adquirir cuatro imágenes nuevas mediante concurso público, que quedarían emplazadas en su lugar actual en 1945.

En 1968 este puente sufrió una importante intervención arquitectónica, al perder la escalera central, que subía del río, para ser ampliado y acoger en seis vías un intenso tráfico rodado.


Bibliografía:

-Catálogo Monumental de la ciudad de Valencia, Caja de Ahorros de Valencia, 1983
-Guía de Arquitectura de Valencia, CTAV, 2007
-El Ornato urbano. La escultura pública en Valencia, Ajuntamente de València, 2000


Imágenes:

*Detalle del pretil con adornos.
**Casilicio de San Vicente Mártir
***Lápida que alude a la colocación de la estatua de S.Vte. Mártir



[1] (1350-1419) gran predicador de la fe cristina de la Orden de los dominicos , nacido en Valencia, y conocido en parte de Europa por su influencia en las altas esferas políticas y eclesiásticas, así como por su labor evangelizadora entre las multitudes.

[2] Uno de los primeros mártires de la cristiandad. Con la datación de su terrible martirio en Valencia en el año 304, por orden de las autoridades romanas, al defender su fe cristiana, comienza la ciudad su andadura en el cristianismo.

jueves, 11 de octubre de 2007

Los puentes sobre el río Turia. El Puente del Mar

Este puente, que quedaba relativamente separado de la ciudad y su muralla, era la única vía que comunicaba la ciudad con el puerto y los poblados marítimos.

Siendo de madera en sus primeros tiempos, fue destruido por las avenidas del río de los años 1321, 1358 1472, 1474, 1487, 1517 y 1589.

En 1591 se acordó construir el actual puente, emplazándolo junto a los cimientos del anterior. En 1596 quedó terminado, todo de piedra de cantería, con diez arcos escarzanos apuntados, apoyados sobre pilastras con tajamares triangulares , rematados con sombreretes, y dos pedestales, entre los arcos tercero y cuarto, sobre uno de los cuales se levantó un casalicio para albergar la Cruz del Santo Cristo.

En 1673 se ubicó un segundo casalicio, frente al de la Cruz, para albergar a San Pascual, por la proximidad del casalicio al convento de franciscanos descalzos de San Juan de la Ribera, donde vivió por un tiempo el fraile.

El casalicio de la Cruz fue destruido por un rayo en 1709, y una vez rehecho albergó a la Virgen de los Desamparados.

Por la riada de 1776 las dos composiciones escultóricas resultaron seriamente dañadas, de modo que la imagen de San Pascual fue restaurada , y la de la Virgen fue sustituida por otra nueva. En 1786 se colocaron las lápidas en los pedestales.

Desde entonces, se intervino en diversas ocasiones sobre las esculturas, así como sobre los casilicios.

En 1936 fueron destruidas ambas esculturas, y el Ayuntamiento de la ciudad encargó la creación de dos nuevas mediante concurso público, que son las actuales.

El casalicio de la Virgen fue restaurado por última vez en 1952.

Los pretiles del puente tienen bancos y elementos decorativos de piedra.


Entre 1943 y 1945 se llevó a cabo una importante intervención en el puente de carácter estructural, en cuanto que las rampas de acceso por ambas márgenes del río fueron sustituidas por escalinatas, adquiriendo el puente un uso exclusivamente peatonal, tal como lo vemos hoy.


Bibliografía:
-Catálogo Monumental de la ciudad de Valencia, Caja de Ahorros de Valencia,1983
-Guía de Arquitectura de Valencia, CTAV, 2007
-El Ornato urbano.La escultura pública en Valencia,Ajuntament de València,2000

Imágenes:
*Puente del Mar
**Casilicio con la Virgen de los Desamparados
***Detalle tajamares en el Puente del Mar

Los puentes antiguos sobre el río Turia. El Puente de la Trinidad.


Si el Puente de Serranos es el más antiguo en su trazado viario, éste es el más antiguo en su obra actual.

Se le llamó primeramente “dels catalans”, por el nombre de la puerta de la muralla ante la cual se construía y, porque al igual que el de Serranos, en la reconquista, correspondieron las casas de calles próximas a hombres de Lérida.

Consta de diez bóvedas apuntadas escarzadas, apoyadas sobre pilares con tajamares[1] triangulares rematados con sombreretes[2].

Originariamente era de madera, como dan notícia Els Manuals de Consells de 1755, y se construía en 1356 por Pedro Viñas, estando en la línea del cardus[3] hipodámico de Valencia que, desde Alborada y por la calle de su nombre, afluía al foro romano en las plazas de la Almoina y de la Virgen. Pero no se terminó , o la riada de 1358 pudo afectarle, pues en 1402 se construyó de nuevo todo de piedra.

Su nombre de Puente de la Trinidad le viene por la vecindad del Monasterio de la Trinidad frente al cual se construía.

Resistió los envites del río hasta la riada de 1517, que arrastró parte de sus barandas, que cayeron al cauce.

En 1823 fueron derrocados , por su deterioro, dos casilicios[4] , de los que tenemos noticia por primera vez en 1614, y que alojaron en 1722 uno a San Bernardo, mártir mozárabe de Alcira, y el otro a sus hermanas y compañeras de martirio, María y Gracia.

Posteriormente, en 1947 fueron colocadas sobre los pedestales de los casilicios las estatuas de San Luís Beltrán[5] Y Santo Tomás de Villanueva[6], del genovés Ponzanelli, que habían estado, desde 1693 y 1694 respectivamente hasta 1906, sobre el puente de San José.

A día de hoy, se están ejecutando obras de restauración que afectan a los dos pretiles[7] del puente.


Sacado de:
-Catálogo Monumental de la ciudad de Valencia, Caja de Ahorros de Valencia, 1983
-Guía de Arquitectura de Valencia, CTAV, 2007

Imágenes:
*Santo Tomás de villanueva
**San Luís Beltrán


[1] elemento que se adiciona a las pilastras de los puentes, aguas arriba y aguas abajo, en forma curva o angular, para cortar el agua de la corriente y repartirla con igualdad por ambos lados de aquellas

[2] remate superior de un pilar

[3] una de las dos vías principales que los romanos trazaban perpendicularmente para la fundación de una ciudad, y en el espacio central de la intersección se ubicaba el foro, con los edificios más importantes, civiles y religiosos, de la ciudad

[4] o templete, pequeño templo cubierto por una cúpula sostenida por columnas que sirve para cobijar una imagen

[5] (1526-1581) nacido en Valencia; miembro de la Orden de los Dominicos, desempeñó durante gran parte de su vida el cargo de maestro de novicios , y estuvo siete años en Colombia convirtiendo a la fe cristiana a miles de indígenas

[6] (1488-1555) nacido en Villanueva de los Infantes, Ciudad Real; miembro de la Orden de los Agustinos; a pesar de desempeñar algunos cargos eclesiásticos, el más importante de los cuales fue el de arzobispo de Valencia durante los últimos once años de su vida, su principal preocupación fue siempre el cuidado de los enfermos y pobres

[7] murete de piedra, antepecho o baranda que se coloca en lugar alto para poder asomarse sin peligro de caer

miércoles, 10 de octubre de 2007

Los puentes antiguos sobre el rio Turia. El Puente de Serranos.



El Puente de Serranos, al principio “Kantara” o “al-Qantara” (el puente), lo era por antonomasia, por ser el único durante mucho tiempo de piedra.

Es el más antiguo: de época romana no consta que hubiese puentes en la ciudad; existe una fuente escrita árabe de 1088 en la que se alude al puente por haber sido destruido, por una avenida del Turia junto con la torre defensiva que lo protegía; de tiempos de la conquista no consta existencia de puentes , al menos fijos, salvo el de “al-Qantara.”

Después de esta riada, las primeras noticias del puente, llamado entonces “superior”, son de 1248, con referencia a la localización de un motín, y de 1254, en alusión a una donación para la obra del puente.

En 1349 el Concejo de la ciudad ordena la reconstrucción del puente , todo de piedra, y a duras penas resistió las avenidas del río de 1357,1358,1406,1427,1472,1475 y 1517.

En 1518 la “Junta Vella de Murs y Valls” acordó su reconstrucción total, que es tal y como lo vemos actualmente, tras resistir las riadas de 1589, 1590, 1864, 1884, 1898, 1949 y 1957, con 9 bóvedas escarzanas[1] y tajamares[2] triangulares que llegan casi hasta el pasamanos de la baranda.

En 1538 se acordó la construcción de un casalicio[3] semejante a los que hoy vemos en los puentes del Mar y del Real, que sería el primer casalicio de los puentes valencianos, para alojar una Cruz de piedra azul, un ángel que adoraba la Cruz y tres niños que coronaban las columnas que sostenían la bóveda.

A fines del siglo XVI se construyó enfrente otro casalicio para albergar la estatua de San pedro Nolasco[4].

Tras diversas reparaciones posteriores debido a la baja calidad del material empleado, con la invasión francesa, estos casalicios fueron demolidos y arrojadas sus piedras al río, así como las inscripciones que los acompañaban.

En 1810 se acordó reconstruir las barandas del puente siguiéndolas rectas por donde estaban los casalicios.

En 1876 se colocaron aceras para facilitar el paso de los peatones, y su ensanche no fue aceptado porque para seguir centrado con respecto a la Puerta de Serranos, la ampliación debería acometerse por ambas bandas, cosa que resultaría excesivamente costosa.

Dispone de rampa escalonada para acceder al cauce en su encuentro con el pretil en la margen derecha.

A día de hoy se están llevando a cabo obras en sus aceras sin interrumpir la circulación.


Sacado de:
-Catálogo Monumental dela Ciudad de Valencia, Caja de Ahorros de Valencia, 1983
-Guía de Arquitectura de Valencia, CTAV, 2007

Imágenes:
Puente de Serranos visto desde el pretil de la margen derecha.



[1] menor que la semicircunferencia del mismo radio

[2] elemento que se adiciona a las pilastras de los puentes, aguas arriba y aguas abajo, en forma curva o angular, para cortar el agua de la corriente y repartirla con igualdad por ambos lados de aquellas

[3] o templete, pequeño templo cubierto por una cúpula sostenida por columnas que sirve para cobijar una imagen

[4] fundador de la Orden de la Madre de dios de la Merced, dedicada a recoger indigentes y a redimir cautivos


lunes, 8 de octubre de 2007

Los puentes sobre el río Turia I


He leído aquí que la ubicación de la ciudad de Valencia, desde los tiempos de su fundación romana, resultó acertada por la proximidad a un río, al mar , porque el propio río servía de salvaguarda de posibles invasiones…, pero al mismo tiempo, desde esa misma época, el río también fue el principal enemigo para la ciudad, y han sido constantes ,a lo largo de su historia, las inundaciones y crecidas que provocaron desastres naturales y humanos de diversa magnitud.

Especial trascendencia tuvo la riada del 14 de Octubre de 1957, de la que en pocos días se cumplirán cincuenta años, por el desastre absoluto en que sumió a la ciudad y el escalofriante número de víctimas , (se contabilizaron cien muertos y un número indeterminado de desaparecidos) , así como por ser la última , ya que las autoridades locales se volcaron de inmediato en el estudio y consecución de un proyecto colosal, para el desvío del cauce fluvial por fuera de la ciudad, el llamado Plan Sur.

La financiación de semejante proyecto hidráulico supuso no pocos problemas para el Ayuntamiento de Valencia.

En un sitio leo sobre la falta de implicación de los gobernantes franquistas con Valencia, en otro se dice que sin la aportación del Estado tal proyecto no hubiera sido posible. En fin!

Parece que el Ayuntamiento estableció durante unos años una serie de gravámenes especiales para recaudar fondos y hacer frente a los gastos, de entre los cuales muchos recuerdan el famoso recargo de los sellos postales.

Bueno, a raíz de todo esto, y dado que a mí me gusta muchísimo el antiguo cauce del río tal como está ahora, me he preguntado cuántos puentes lo atraviesan a su paso por la ciudad, qué nombre tienen y de qué época son.

He buscado un poco de información sobre ellos y, paseando con la bici, les he hecho unas cuantas fotos, me he detenido para observarlos con detalle y los he apreciado en su singularidad.

En total , a día de hoy,( pues se está estudiando en el Ayuntamiento la posibilidad de hacer uno nuevo, según los periódicos) he contabilizado diecisiete puentes (para vehículos y peatones, a excepción del P. del Mar, sólo peatonal) y tres pasarelas exclusivamente peatonales. De los diecisiete, uno no está terminado, el llamado Puente del Grao, el segundo contando desde el mar; cinco son los puentes antiguos, siglos XV y XVI, P. de San José, P. de Serranos, P. de la Trinidad, P. del Real y el P. del Mar, obviamente reconstruidos en muchas ocasiones debido a las embestidas de las frecuentes avenidas del río; los demás son obra del siglo XX: P. del Nou d’Octubre, P. de Campanar, P. de Ademuz, P. de las Artes, P. de la Exposición, P. de las Flores, P. de Aragón, P. del Ángel Custodio, P. del Reino, P. de Monteolivete y el P. de Nazaret o de los Astilleros, siguiendo río abajo.

Descartando la funcionalidad obvia de los puentes para conectar las dos partes de la ciudad, con ellos se crean nuevos espacios; no están sólo para ser atravesados: sobre ellos , como desde una atalaya, podemos observar el interior del cauce con sus diversas zonas ajardinadas, los otros puentes adyacentes, los pretiles en su largo recorrido, y bajo ellos, mirando a través de los arcos, creamos estampas paisajistas de formas curvadas y, hacia arriba, los observamos en su plenitud , su fortaleza.

Cada puente resulta singular en su historia, en su estructura y componentes arquitectónicos, en los elementos decorativos que lo adornan (estatuas, casalicios...), en las farolas que los iluminan y en sus accesos al cauce.

En ellos, lo que antes era debilidad frente a las aguas, ahora es solidez y firmeza sobre tierra batida y hierba, y resultan en sí mismos uno de los atractivos turísticos más románticos de la ciudad.


Imágenes:

*Detalle de un arco del Puente del Mar

**Farola en el Puente del Ángel Custodio

jueves, 16 de agosto de 2007

El pecho de la Mujer recostada. A propósito de Valdés y Botero.

Paseando por el centro de la ciudad de Palma, en la avenida llamada Paseo del Borne, descubro una exposición temporal del artista Manolo Valdés, allí mismo, al descubierto, en el amplio paseo central de la avenida. Esculturas grandes y voluminosas, repartidas por todo el paseo.
Son bustos, cabezas enormes, de bronce, cabezas de mujeres. (a excepción de los Colosos, que son de hierro y son hombres).
(imagen: Ariadna)

Carecen de ornamentos, salvo la corona de hierro de Ariadna y los sombreros también de hierro de Irene I e Irene II, o los sombreros de bronce de Regina I, Regina II y Lillie.
La Dama lleva su característico tocado, en alusión directa a la conocida Dama d'Elx.

Los Colosos , juntos, en grupo de tres, parece que sólo con lo imponente de su cabeza pueden perfectamente llevar a término su cometido, el de proteger un lugar. Por un momento, se tiene la tentación de imaginárselos de cuerpo entero. Tremendos, aterradores.

Son rostros lisos, sin boca, nariz, ojos ; carcecen de expresión por completo, de manera que se le reserva al espectador la posibilidad de imaginarla, sobreponerla a los semblantes impertérritos que tiene ante sí, y elucubrar con los sentimientos que podrían motivarlos.

Yo pensé en una Ariadna triste, abandonada por Dioniso en la isla de Naxos; en el Coloso de Rodas que , amenazador, protegía la isla; en la Odalisca que , resignada, espera su turno en el harén; en mujeres del s XIX paseando por las calles de Paris con sus sombreros tan sofisticados; mujeres estiradas, exhibiendo con altivez su tocado; en la Dama, serena y tranquila; en las Meninas, juguetonas y alegres...

En un extremo del paseo se lee un panel con información del artista: Manolo Valdés, nacido en Valencia en 1942, fue miembro fundador del Grupo Estampa Popular Valenciana, siguiendo una estética de realismo y de critíca social; luego creó junto con Juan Antonio Toledo y Rafael Solbes el Equipo Crónica, en el que llevó a término una profusa actividad artística hasta 1981 . A partir de esa fecha ha desarrollado una intensa trayectoria en solitario como escultor, pintor y grabador...

Grata sorpresa fue también encontrarme en el aeropuerto de Palma , justo delante de los monitores de información de los vuelos, en la primera planta, esta Mujer recostada, de Fernando Botero.
Me recordó, por su pose, las Venus de Tiziano, la de Giorgione, la Ariadna de la Bacanal de Tiziano, la Venus del espejo de Velázquez...

Desde luego no deja de ser sorprendente hasta qué punto en la actualidad el arte llega a la calle, a la gente que la invade con sus idas y venidas.
En un aeropuerto, espacio de confluencia de masas donde los haya, en medio de un corredor, rivalizando con los paneles informativos de los vuelos, el arte se cuela, nos llama y nos provoca, como la Mujer recostada de Botero que, complaciente, a cambio, se deja acariciar el pecho por todos aquellos que chocan con ella.

Aquí encontraréis más fotos.

lunes, 13 de agosto de 2007

Un paseo por el Jardín del Turia II. (El tramo adyacente al Palacio de la Ópera)

Si seguimos paseando por el Jardín del Turia, dejando atrás el Museo de las Ciencias y L'Hemisféric, nos desborda la magnitud del Palacio de la Ópera.
Junto a él , aún inconcluso, crece un jardín en el que descubrimos dos rosas. No son dos rosas cualesquiera; altas, erectas hacia el cielo. Son de hierro. Parece que debieran tener vida, cuando sobre una de ellas posa una abeja, buscando su alimento.
Son dos esculturas de Lucas Karrvaz. Las dos rosas sirven de entrada a una gran rosaleda.
También en este tramo del cauce del río el escultor Lucas Karrvaz ha recibido el encargo de adornar el jardín.

De igual manera, en alusión a la actividad musical que se desarrolla en el interior del Palacio de la Ópera, encontramos en el jardín frente a él una escultura que representa el director, con su batuta en la mano izquierda. LLeva por título El director zurdo.

Fuera del cauce, a la altura de la calle, en la misma acera ajardinada frente al edificio, junto a un mirador , encontramos tres esculturas: El tenor, La soprano y Piano, claramente invitándonos a contemplar todo el conjunto (el edificio y su entorno), y recordándonos el arte que representan.

Cerca de allí, siguiendo nuestro paseo, descubrimos un lago artificial, y en el medio una enorme escultura. No le he visto el título por ningún lado, pero para mí no puede ser otro que Neptuno (o Poseidón), que sostiene en su mano el tridente y camina sobre las aguas, el elemento de la naturaleza que le pertenece y sobre el que impera.


Aquí encontraréis más fotos de las esculturas aludidas , y también de las que se hallan ubicadas junto al Museo de las Ciencias.

sábado, 11 de agosto de 2007

Un paseo por el Jardín del Turia.(El tramo adyacente al Museo de las Ciencias Príncipe Felipe)




Sin ninguna duda, el Jardín del Turia es uno de mis lugares preferidos para dar un paseo tranquilo y relajado. Su encanto reside en la transformación que opera el paisaje ante nuestros ojos apenas bajada una rampa o una pequeña escalinata. Casi sin transición, al bajar, dejamos atrás la ciudad con sus ruidos y contaminación, para sumergirnos en un entorno plácido, agradable (a pesar de algunos tramos realmente concurridos) y de un microclima específico, que nos hace olvidar que estamos en el mismo centro de Valencia. (foto: Forjador)

A pie, en patines, en bicicleta, corriendo, sola, con mis hijas y mi marido, con amigos…da igual, siempre me he encontrado muy a gusto allí.

En el tramo adyacente al Museo de las Ciencias Príncipe Felipe descubrí unas figuras escultóricas de hierro que me llamaron la atención. Hace poco me pregunté “¿cuántas hay en realidad?, ¿de quién son? ¿realmente las he visto todas?

Aquí está la respuesta de todo esto.

En el tramo mencionado descubrí 20 figuras escultóricas, bueno en realidad 16, porque cuatro de ellas no están en su plataforma correspondiente (víctimas del gamberrismo callejero?, trasladadas a algún almacén del ayuntamiento para restaurarse? robadas? No lo sé. Pero no están en su sitio; sólo queda la plataforma con el título de la figura ausente.

Las obras son del artista Lucas Carrión Vázquez (1951, Torrebaja, Rincón de Ademuz). Su nombre artístico es Lucas Karrvaz, tal como aparece en los pedestales.

El material empleado en todas ellas es hierro reciclado.

Fueron ubicadas en el espacio en que se encuentran entre 2001 y 2002.

Los títulos de las obras son: Forjador, Andante, Azada, Pensadora, Toro, El Espantapájaros, Aliados, Escritura, El llanto, La siega, El fuego, La caza (se compone propiamente de dos figuras: el cazador y la presa, próximas entre sí), La siesta (sí, una escultura a esta costumbre tan nuestra), Las inclemencias y El pastor.

Los títulos de las obras ausentes son: Flamencos, Danza, Cantarera y Pescador.

En el poste que sostiene la escultura Las inclemencias (la más alta, que reproduce los fenómenos atmosféricos: el sol, la lluvia, las nubes….), a la altura de nuestros ojos, se lee esta dirección de web: www.karrvaz.com.

En esta página he leído más información sobre el autor, su obra y estilo; sobre la existencia de la Fundación Karrvaz etc…

Lo curioso para mi fue la simbiosis entre las esculturas y el entorno. El color del hierro se pierde, se mezcla o se combina con el verde de la vegetación, hasta tal punto que yo no las había visto todas anteriormente, a pesar de mis frecuentes paseos en bici; algunas me habían pasado completamente desapercibidas.

La prueba está en que cuando les haces fotos, si quieres realmente destacar la figura, recortarla del fondo, tienes que buscar encuadres buscando el azul del cielo, que no siempre es posible.

En la página web mencionada arriba he leído que una de las intenciones del autor era el camuflaje de las obras entre el paisaje, así que, al menos para mi experiencia, lo ha conseguido completamente.

También he leído que la temática de las obras quiere incidir en el contraste entre la modernidad , el progreso, el mundo contemporáneo que representa el Museo de las Ciencias, y las etapas primitivas de la historia, lo básico o fundamental de la existencia, lo primitivo.

(foto: La siesta)

Aquí podéis ver todas las esculturas.

viernes, 10 de agosto de 2007

Declaración de intenciones.

A lo largo de la pasada primavera, he tenido en casa, en dos ocasiones diferentes ,amigos que han venido de fuera a pasar unos días en la ciudad. La típica visita de amigos que hace tiempo no ves y resulta todo muy agradable y emotivo por el encuentro renovado.
En estas circunstancias, lo típico es salir a dar paseos bajo el clima templado primaveral y enseñarles aquellas partes nuevas de la ciudad que les van a sorprender, así como volver por las ya vistas, las históricas, mientras se conversa sobre recuerdos y novedades.

Pues bien, en ambas ocasiones, al pasear por las zonas nuevas y también por las más conocidas, ellos quedaron gratamente sorprendidos , por lo bonita que estaba la ciudad de Valencia: el centro, el caso antiguo, el Jardín del Túria, el puerto, la playa....., pero creo que mi sorpresa no fue menor.

Yo vivo en Valencia desde hace unos cuantos años, desde que me vine a estudiar a la Universidad; paseo mucho por ella, la atravieso en coche para las necesidades del día a día, me gusta hacer recorridos en bicicleta... En fin, más o menos la conozco, o sea que la conozco realmente poco.

Cuando iba con estos amigos, descubrí muchas cosas que había visto anteriormente pero que no conocía realmente bien. Aquello de ver sin mirar. Saber sin reconocer. Pasar rápido por delante de los edificios por la prisa diaria como si no hubiera nada. Estar sobre un escenario con un fondo bonito pero que tu no ves porque no le prestas atención.

Por todo ello he decidido iniciar este blog para conocer más en detalle Valencia, la ciudad en la que vivo. En realidad se trata de descubrirla, de detenerse en los detalles, de pararse para la contemplación y observar con deleite y curiosidad.
Me fijaré en lo antiguo y lo nuevo; lo bonito y lo feo; lo que me gusta y lo que no. Sin orden cronológico, al ritmo de mi vida y según el dictado de mi inquietud en cada momento.

Así también, incluiré comentarios de otros lugares a los que mi vida personal me lleve, en los que descubra también cualquier cosa que me llame la atención o me motive.